La moda sustentable florece entre las manos de estas artesanas morelenses
Las artesanías son un pedacito de cualquier materia prima convertida en magia. Vasijas, platos, utensilios, canastas; muchas de estas piezas son objetos prácticos o de ornato personal. Pero otras están hechas expresamente como conducto expresivo o baúl de memoria: para inspirar emociones o para resguardar tradiciones.
Así, no sólo las formas y colores únicos hacen de los objetos de nuestros artesanos distintos a otros en el mundo, sino también el hecho de que en cada artesanía está impresa nuestra identidad. De esta manera, ningún color, ningún patrón o tejido resulta casual, sino que está siempre repleto de historia y tiene un por qué.
En Morelos, cada población se especializa en diversas artesanías. Como en otras partes del país, cada artesano —o familia de artesanos— tiene su sello propio. Su creatividad está vinculada a las formas de trabajo propias de la región, como la agricultura y la ganadería, así como a los materiales disponibles en éstas. El hierro forjado, el barro, la cerámica, el papel picado y telas como la lana son las materias primas desde las cuales se trabajará la magia.
Esta conjunción de factores resulta en una diversidad exquisita, y es por ella que en Morelos existen objetos realmente únicos, de una riqueza inobjetable.
Algunas artesanías imperdibles y magnificas que producen nuestros artesanos son las que te mostraremos a continuación.
Esta es una artesanía que busca conservar en el imaginario, de manera original (y diminuta) los objetos preshipánicos. El cuexcomate era una estructura usada en Mesoamérica para almacenar el maíz. Fue el artesano de Chalcatzingo, Fernando Pavón, quien creó estas bellas figuras, hechas con los mismos materiales que los Cuexcomates de escala real que pudo observar todavía en la Ciudad de México.
Pocos lo saben, pero esta artesanía proviene de Tepoztlán. Se trata de casitas —todas las cuales son únicas—, talladas en la “espina” del pochote, que en realidad es la corteza muerta de dicho árbol. Eso las hace, además de sustentables —pues su manufactura no afecta al árbol—, algo muy interesante: ¿cómo surge algo tan bello de un trozo de naturaleza muerta?
En varios sitios del estado se pueden encontrar estas figuras, pero mientras más pequeñas más adorables. Algunas están más elaboradas que otras, y sus detalles son preciosos y realistas. Lo mejor es que, así, quienes se llevan estos bellos recuerdos de Morelos hacen a nuestras tradiciones darse a conocer en otros lugares, pues el chinelo es uno de nuestros símbolos por excelencia.
El barro es un material que trasciende las fronteras de Morelos y se encuentra en todo el territorio. Es usual ver diversos objetos de este material, pero en nuestro estado, concretamente en Tlacayapan, hay uno muy particular: las ollas de cuatro orejas. Un objeto fascinante que visto por cualquier lado es igual, como una especie de infinito de barro. Además las hay libres de plomo, como las de estos alfareros.
Los rebozos, chales y vestidos que realizan las llamadas “gabaneras” de Hueyapan resaltan de entre otros. No sólo el bordado es hipnotizante, sino que el tacto de la lana y la forma en que está trabajada hace de cada vestido una pieza de orgánica y total belleza. Además estas creadoras incurren en elaborar otras piezas, como monederos, carteras y bolsas de mano que conforman toda una indumentaria de vivos colores y finas telas.
El cuatecomate es un fruto que viene de un arbusto caducifolio. En Morelos tenemos selvas que albergan a este árbol, por lo cual el cuatecomate está presente en diversos objetos. Desde las más simples y útiles jícaras, hasta unas bellas maracas, como las que hacen para la feria de Mazatepec. Lo que las hace especiales, además de sus elaboradas pinceladas, es que utilican este versátil fruto.
El término refiere a “un resplandor de flores”. Se trata de ramilletes enormes que se construyen con carrizo, hojas de limón y de zapote, a los cuales se les añade una corona hecha con flores de cempasúchil. Estos son usados como ofrenda en el pueblo nahua de Xoxocotl durante el Día de Muertos, y cada uno tiene un diseño tan especial como estimulante, además de ser una tradición que remite a creencias prehispánicas como la de la “rueda del tiempo” que contenía el siglo indígena.
*Imágenes: 1) Ernesto Polo; 2) Morelos Turístico; 3) Alfarería Dorantes; 4) Natlleli Miau; 5) Cuexcomate.com; 6) María Fernanda Rivera Bautista