Encontrar nuestras habilidades no es algo que debamos hacer solos, la relación con los demás también tiene un papel fundamental. Así formamos redes de apoyo, que, además de reunirnos, nos permiten crecer en conjunto. Esto es el desarrollo comunitario.
En un proceso de desarrollo comunitario, los miembros de una comunidad se unen para buscar una solución hacia los problemas que les afectan a todos. Algunos ejemplos pueden observarse en el esfuerzo colectivo de enfrentar situaciones de riesgo, como la inseguridad o la adicciones. Otros, cuando se trata de promover seguridad alimentaria, como en los huertos comunitarios. Además, y a diferencia de otras llamadas a la acción, el desarrollo comunitario busca unir a la gente y aplicar el conocimiento de todos en el día a día para generar mejores contextos de vida.
Socorrernos a nosotros mismos y a los otros debería ser algo cotidiano. Al contribuir a nuestra formación y a la de los demás, nos motivamos a ir más allá con el apoyo de actividades y la realización de un nuevo tipo de independencia personal. También este tipo de ayuda mejora nuestra visión del mundo y las dinámicas para relacionamos con los otros.
Idealmente esta actividad debería hallarse en todos lados; pero no es así. Ya sea por el ritmo de vida o las situaciones personales de cada persona, el desarrollo comunitario es muy difícil de encontrar. Debido a esto, hay sitios que se dedican a incentivarlo. Un ejemplo son los Centros de Desarrollo Comunitario (CDC). En estos espacios la gente encuentra cómo hacer crecer sus habilidades o gustos y también la oportunidad de conocer a otros, por lo que la comunicación en este lugar se vuelve indispensable.
La mejor manera de aprovechar este espacio es asistiendo a sus talleres y eventos. Muchos de estos involucran la cocina, los aerobics, los faciales de maquillaje y la repostería. La idea es que las personas que participan aprendan un nuevo oficio, que puedan practicar y capitalizar. El horario es otra de las cualidades de estos centros, pues cada taller está a una hora accesible para que haya muchos participantes.
En Cuernavaca, por ejemplo, existen 19 centros. Sólo es cuestión de que busques el más cercano a ti.
Hay que recordar que el desarrollo comunitario debería ser un derecho y una manera de enfrentar la vida en conjunto. Al resolver problemas o buscar soluciones con este enfoque, no sólo logramos beneficiar nuestras relación con los otros, sino que hallamos una mejor forma de comunicarnos, ser autónomos y, finalmente, de vivir.
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