Las históricas fotografías de Morelos comprueban el dicho: “una imagen vale más que mil palabras”.

Cada una muestra la Cuernavaca antigua donde los caminos todavía no eran de cemento; Cuautla, como nos la contaron nuestros abuelos haciendo un llamado a sus antepasados, y un Tepoztlán en blanco y negro; pero latiente bajo colores blancos y sepias. Las personas que salen en las fotografías también son un símbolo de la región. Ellos son la prueba de que, por más bello que sea un lugar, no es nada sin su gente. De ser así, ¿quién hubiera viajado en los ferrocarriles o construido sus rieles?

La diversión, los buenos ratos en la plaza o un chapuzón en los balnearios también son vitales.
Para que el corazón de un espacio siga retumbando, la gente tiene que aprender a echarse sus clavados de alegría y zambaullirse.

Celebrarlo es imprescindible... Y hablando de vivacidad, nadie para representarla como los queridos chinelos. Ellos tienen una magia única y esta hace que sus colores parezcan adivinarse, aun cuando la fotografía está en blanco y negro.

Pero los pigmentos de sus ropas no son lo único que logran transmitir estas joyitas visuales. La euforia, la pasión, es otro de los gustos que despiertan en quienes las ven. Estos atributos, siempre vivos en nosotros, pero perfectamente visibles cuando se hacemos fiesta o recorremos el paisaje de Morelos...

Esperamos que esta selección de históricas fotografías te haga sentir lo mismo que alguna vez a sus dueños o protagonistas provocaron; porque Morelos es un bello lugar; pero, sin ti, no lo sería tanto.