Es muy conocido Morelos por sus magníficas tradiciones, fuertemente ancladas en las vidas cotidianas de quien habita la zona. También destaca su preciosa riqueza natural y su incomparable gastronomía. La diversidad del territorio es muy abundante y rodeadas por zonas rurales —que se siguen rigiendo por sus costumbres ancestrales— aparecen puntos urbanos, que albergan una cara del territorio mucho menos familiar.

Y es que no es tan mencionado, aunque está dando de qué hablar, que Morelos es uno de los territorios más fértiles para la ciencia y tecnología. Muchas de las iniciativas ligadas se encuentran en el INNOVACYT, un parque dedicado al desarrollo de proyectos en ambas disciplinas. Está conformado, entre otras cosas, por más de cuarenta centros e institutos de investigación y doscientos laboratorios especializados en distintas materias. Trabajan en este espacio dos mil investigadores y, aunque el número es muy grande, resulta comprensible, pues en el estado hay más investigadores por habitante que en cualquier otro lugar del país.

El parque responde a la necesidad de materializar políticas de apoyo a la innovación científica. Como frente a cualquier otro asunto social, es importante conocer, incentivar, exigir y generar políticas públicas que traduzcan a condiciones concretas, lo que el contexto social solicita. Los académicos morelenses están ansiosos de generar tecnologías y aplicar el conocimiento científico para mejorar la vida. La intención del INNOVACYT es funcionar como una plataforma para proyectar iniciativas locales.

Una de las investigaciones destacadas gira en torno a la experimentación con energía solar y a su aplicación en diferentes métodos para captarla y utilizarla. Pero también hay investigaciones sobre otras fuentes renovables de energía; medioambiente y su conservación (asunto que está adquiriendo muchísima importancia) y tecnologías de la información, entre otras.

Cada vez es más importante buscar energías alternativas, para que Morelos se convierta en un sitio sustentable.

Generar un solo espacio para el desarrollo de investigaciones tan diversas y con la participación de tantas personas es una forma de llamar a la interdisciplina, es decir, a la integración de distintas formas de hacer con vistas a un fin específico. Y es que la ciencia requiere cada vez de mayor colaboración, de abrirse terreno en distintos espacios, buscando respuestas que respondan a panoramas cada vez más complejos. En el INNOVACYT, aunque se trabaje de forma independiente, los datos se comparten entre todos y están abiertos a la consulta. No sólo se trata de retener el talento de todos los investigadores locales, propiciando el desarrollo del territorio y la gente que lo habita, también de involucrar a toda la sociedad en procesos abiertos, que inciden en su entorno, pero que también permiten ser intervenidos.