7 sitios arquitectónicos fantásticos en Morelos que tienes que conocer
La caña es un producto fundamental para la vida. Al ser procesada se transforma en azúcar, un componente orgánico esencial que llena de energía a muchos seres vivos.
También es, no cabe duda, un gusto muy especial para el paladar, y la materia prima del delicioso aguardiente que tantos mexicanos tomamos. Es curioso, no obstante, que haya tanta historia detrás de algo tan cotidiano como la caña de azúcar. Pero así es la industria de este cultivo en Morelos que, por su importancia desde la colonia, ha sido parte en muchos sucesos históricos, fungiendo además como una rama estratégica de la economía del país.
Cultivo de caña. Fotografìa: Edgar Garrido/Reuters.
Fue en Cuernavaca donde Hernán Cortés introdujo la caña de azúcar a México, construyendo los primeros tres ingenios en los valles de esta ciudad y otros más en los de Cuautla, pues, por el fantástico clima, aquí prolifera este tipo de cultivo. Al principio la forma de producción que primó fue la de las haciendas, con su característica organización del trabajo feudal.
Luego surgieron los ingenios, mismos que utilizaron las estructuras de las haciendas y que estaban rodeados por ríos y manantiales, lo que les proporcionó esa fertilidad propia de Morelos que contribuyó a hacer de la industria del azúcar morelense la más importante en el país..
Zapata entrando a Cuernavaca, 1914. Fotografía: Hugo Breme.
Estas haciendas transmiten una parte importante de la historia de la Revolución Mexicana en el sur. En sus muros resuenan todavía las estrategias militares que los generales del Ejército del Sur discutían, en la época cuando estos luchadores —campesinos en su mayoría— transformaron las haciendas en cuarteles.
De hecho, la revolución comenzó porque, durante el porfiriato, las haciendas de Coahuixtla y La Concepción pretendieron ocupar las tierras ancestrales de Anenecuilco y Villa de Ayala. Esto llevó en 1911 al levantamiento armado de los campesinos, dirigidos por Emiliano Zapata. Desafortunadamente este sitio histórico no fue cuidado en su momento y hoy es sólo un conjunto fascinante de muros, arcos, vanos, acueductos y bodegas.
Pero hay otras haciendas que siguen en pie de manera majestuosa y que hoy puedes visitar para conocer un poco más de la historia de Morelos.
Esta hacienda se encuentra a veinte minutos de Cuernavaca, cerca de la bella Laguna de Tequesquitengo. Es una de las primeras haciendas convertidas en hotel, transformación que data de 1947, y es también una de las haciendas más antiguas de todo Morelos.
Actualmente te puedes alojar en una de sus más de cien habitaciones, contemplar sus bellas y antiguas palmeras o degustar los platillos de su restaurante. Además cuenta con cancha de tenis y actividades como la “granjita didáctica” para niños. Si quieres conocer más visita su página, donde también puedes hacer reservaciones.
San José Cocoyoc es una hacienda fundada en el valle del mismo nombre, y fue uno más de los marquesados de Oaxaca concedidos a Cortés por Carlos V. Pero como la revolución implicó un cambio radical en la industria azucarera —lo que hizo que las haciendas dejaran de ser las estructuras de esta actividad productiva—, fue después de este suceso que las tierras de muchas haciendas fueron repartidas.
San José Cocoyoc fue declarada por el INAH como monumento histórico, y en 1957 fue adquirida para ser convertida en hotel. Por su cercanía a los nevados, la zona donde está asentada tiene un aire particularmente limpio y claro, haciéndola este factor, junto con su clima semi-tropical, un lugar perfecto para relajarse.
Conoce más de este imperdible hotel aquí.
La etimología de este lugar se traduce como “lazo de seto o cerca de cañas”, y la hacienda que ostenta es inconfundible por su gran chimenea y la leyenda inscrita en sus muros de “Tierra y libertad”. Chinameca fue la hacienda azucarera más grande del estado de Morelos, y en 1906 terminó la construcción del edificio donde se llevaba a cabo la producción de este cultivo. Fue en esta hacienda donde acribillaron al General Emiliano Zapata el 10 de abril de 1919.
Actualmente las tierras de la ex hacienda se dedican a la agricultura y producen maíz y caña de azúcar, pero cuenta con atractivos como el Museo del Agrarismo, en cuya entrada se encuentra el Caudillo del sur, bañado en color dorado. No dejes de ir a admirar esta estatua y un poco de la historia de la Revolución a esta hacienda y museo, ubicados en:
Av. Lázaro Cárdenas s/n Col. Chinameca CP 62723
Ciudad Ayala, Ayala, Morelos
Tel.: 01 (735) 170 – 00 83
En esta hacienda se producía no sólo azúcar, sino también el famoso arroz de Morelos, así como legumbres de todo tipo. No era de las más importantes, pero sí de las más hermosas. Está ubicada en el pueblo de Santa Rosa Treinta, en el municipio de Tlaltizapán.
Actualmente es un rústico hotel de una decoración exquisita y con una capilla histórica de imperdible belleza. Puedes saber más de lo que este hotel ofrece aquí
Esta hacienda está ubicada en el municipio de Yautepec de Zaragoza, y sus tierras también fueron repartidas al término de la Revolución a comunidades aledañas como El Rocío, Atlihuayán, Barranca Honda y El Caracol, entre otras.
Antes de ser un ingenio azucarero esta zona fungió como uno de los famosos jardines de descanso del tlatoani Moctezuma. Para quienes la visiten aún podrán admirar su chacuaco, el acueducto, el casco principal, su Casa Menor y su iglesia originales.
Se dice que alguna vez se bañó en esta hacienda o en sus alrededores el General Porfirio Díaz, pues era amigo cercano de la familia a quien pertenecían las miles de hectáreas. Ahora está en ruinas, pero sigue relatando mucha de esa historia que distingue a las haciendas morelenses. Para llegar debes tomar el libramiento Cuautla-Cuernavaca a la altura de Yautepec, y en el crucero para entrar al municipio debes tomar la carretera a Ticumán y, a sólo un kilómetro, podrás ver las instalaciones del inmueble histórico.
No se tienen datos precisos de los fundadores de la hacienda, aunque muy probablemente se tratara de la Compañía de Jesús quien inició la construcción de esta bella hacienda. Fue hasta el siglo XIX que la hacienda de San Ignacio, junto con otras, se convirtió en una de las productoras azucareras más importantes del país, dominando los pueblos de Tlanahuac-Chalcatzingo.
Mucho tuvo que ser reconstruido, pues durante la Revolución fue incendiada. No obstante, hoy es un recinto bellísimo que sigue guardando vestigios de historia y un aura majestuosa. Entre otras cosas puedes celebrar aquí tu boda, como también en otros lugares de Morelos.
Visita su sitio para más información y conoce todos los eventos que puedes hacer en esta hacienda.