En Morelos es fácil comer rico; porque hay lugares fantásticos por todos lados. Así, a veces es difícil complacer a los locales, porque su paladar tiene estándares muy altos. Ellos, definitivamente, conocen los mejores sitios y saben dónde encontrar el ejemplar más delicioso de cada uno de los platillos típicos de su región.
Así, dimos con este sitio en el Pueblo Mágico de Tepoztlán. Además de que la comida es verdaderamente buena; visitarlo es toda una experiencia. Son los “Tlacoyos de Doña Mine” y no te dejes engañar por el modesto nombre y fachada: este lugar bien podría ser considerado un destino culinario para comensales privilegiados.
Llegar es una pequeña travesía; pues se tiene que subir hasta la punta del barrio de Tierra Blanca, a unos 15 minutos del centro del pueblo. Un buen local sabe que la forma más fácil de hacerlo es tomar la combi (el medio de transporte público más común) que pasa sobre la avenida Revolución, a la altura del zócalo y dice Tierra Blanca. Al llegar hasta donde el chofer te pide que abandones el transporte, tienes que continuar por el mismo camino a pie. Cuando des con la subida escalonada y el letrero legendario, sabrás que estás muy cerca. Basta con subir un poquito más y doblar pasando el letrero, en donde veas un pasillo alargado y la reja bien abierta.
Entra como “Juan por su casa”, pues aunque sea una vivienda, es un restaurante y estás cordialmente invitado. Al pasar, inmediatamente te invade el delicioso olor a ahumado y, cuando te das cuenta, quien te recibe es una hermosa terraza con vista espectacular. La mesa más cotizada es la que está al borde del balcón.
Amablemente recibirás una carta que consiste en una serie de desayunos típicos. El lugar sólo atiende de 8 a 11, sábados y domingos, te conviene visitarlo temprano. Esta es la mejor forma de empezar el día. Los precios son mucho más que razonables. Por persona, gastarás menos de 100 pesos.
Elige entre chilaquiles, tlacoyos, huaraches, sopes, quesadillas y otros antojitos morelenses. Nosotros te recomendamos los tlacoyos de frijol chino, haba y chales (chicharrón) y los huaraches.
Todo se cuece en comal de barro, sobre fuego y leña. El sabor de la masa es único. La salsa roja y los chilitos son el complemento perfecto.
El café de olla es reconfortante y dulce; como un clásico casero. Al fin y al cabo, Doña Mine y su familia te reciben en su hogar. Después de comer y contemplar el paisaje un largo rato, no te puedes perder los postres.
Nosotros tuvimos la suerte de alcanzar una rebanada de panqué de piña y durazno: es una cosa de otro mundo. La textura es ligera, el sabor a mantequilla desborda y no es demasiado dulce.
El ambiente es igualmente especial. La amabilidad de las chicas y chicos que atienden el sitio, te hace sentir consentido y feliz. El lugar está prácticamente pegado a la montaña, así que el aire es fresco y huele delicioso.
En donde pongas la vista hay belleza y un sentido delicado de humildad. El cerro Cematzin, dominando el horizonte, te devuelve la sonrisa.
Y la familia tiene una serie de simpáticas mascotas: perros, gallinas, un estanque de peces koi y hasta una iguana. Verdaderamente es una fortuna disfrutar un momento en esa terraza. Tienes que vivirlo.
¿Dónde?
Sábados y domingos de 8:00 a 11:00 hrs en Calle prolongación Aniceto Villamar s/n Col. Tierra Blanca, Tepoztlán, Morelos. Más información al 01 739 395 0066.