Vivir con valor no significa ser violento. Posiblemente, todo lo contrario. Vivir con valor es involucrarse y recuperar los secretos sagrados que refuerzan lo comunitario; sonreír y deleitarse con la vida, a pesar de que las condiciones no sean las más felices. Ser valiente es replantearse la posibilidad de compartir el mundo; especialmente con un “otro desconocido”.
Así nos cantan Natalia Lafourcade y Adán Jodorowsky, haciendo un llamado a todos los que se permitan escuchar. Y en el video musical de Vivir con valor, nos muestran una escena preciosa, donde un ensamble de jóvenes, bailando y sonriendo, comparten un momento donde lo sagrado, la tranquilidad y la conexión con la naturaleza vuelven a florecer.
Por supuesto, la letra y la melodía son encantadoras; pero la historia detrás del video es aún más linda. El simpático Adanowsky invitó a los fans a participar en el video y la emoción que la pieza transmite es resultado de un evento fluido y honesto, donde sin pretenderlo y de manera completamente espontánea, se generaron lazos entre los participantes.
Como si la canción hubiese cumplido su propia profecía, un sitio sagrado en Tepoztlán fue escenario de un momento de intimidad y vinculación. Y qué mejor locación para cumplir este propósito. El sitio siempre ha llamado, por sus aires místicos y delicada belleza natural, a la transformación interior. Por otro lado, el espíritu de solidaridad se respira en esta tierra.
Frente a un contexto social que se complejiza a cada instante y que nos deja ver con crudeza sus caras más oscuras, la música, el baile, el amor y las ganas de estar juntos plantan una semilla que sugiere una vida más agradable, un destino precioso por su sencillez…
