Las talentosas artesanas de Hueyapan son poco conocidas y es hora de remediarlo. La tradición del telar de cintura las ha rodeado durante años y, tal vez sin saberlo, esta actividad las une profundamente con su tierra.
En sus rebozos, gabanes, bolsas, vestidos y faldas, reflejan los colores y texturas locales, pues cada prenda es fabricada utilizando los materiales que estas mujeres creativas tienen a mano. Esta forma de producir, sometida a los ritmos de la naturaleza, es verdaderamente ecológica y está inspirando a los diseñadores morelenses contemporáneos. Lo que hoy reúne tradición e innovación es la necesidad de abrirle camino a una nueva tendencia muy consciente del medio ambiente: la moda sustentable.
¿Qué es la moda sustentable?
La moda sustentable responde a un problema muy grave: resulta que la moda es la segunda industria que más contamina, después de la petrolera. Es clarísimo que consumir es irremediable, especialmente ropa, pero es urgente encontrar una manera ecológica de satisfacer esa necesidad.
Además, eso que llamamos “fast fashion”, ropa de mala calidad, que dura poco y en la que los productores no invierten mucho, suele ser fabricada en espacios industriales que no protegen el bienestar de sus empleados.
La moda sustentable, en cambio, es justa en los dos sentidos: con el medio ambiente y con quienes la producen. De esta forma, asegura la buena calidad de cada prenda y de los materiales que la componen. Así, que se inspire en las técnicas tradicionales no es ninguna casualidad…
¿Por qué se ha vuelto tan importante en Morelos?
Acá la tradición artesana es tremenda y formar parte de ella implica adoptar un estilo de vida completo. Y es que para lograr cada pieza hay que hacer muchísimas cosas. Sólo para tejer un rebozo o un gabán en Hueyapan es necesario que las artesanas críen a los borregos, los trasquilen, hilen la lana y la tiñan, antes de poner “manos a la obra”. Y antes, para teñirla, deben recopilar flores, semillas y grana cochinilla y extaer los pigmentos. Son labores constantes, que nunca paran y que, definitivamente siguen el ritmo dictado por los ciclos del entorno.
Flor de cempasúchil
Algunas prendas llevan muchísimo tiempo, pues los borregos sólo se pueden trasquilar anualmente y, si se quiere mantener el tono único de la lana de cada borrego, hay que esperar a que vuelva a crecer. Por otro lado, los colores de los diseños van cambiando con las estaciones, pues dependen de la disponibilidad de la flor, semilla o insecto. Hay temporadas amarillas, cuando los campos de Hueyapan se cubren de cempásuchil y pericón. Hay temporada de grana cochinilla. Hasta momentos hay para los tonos cafés (de cáscara de nuez).
Grana cochinilla.
A quienes no conocen de la moda sustentable, estos procesos se les escapan. No saben que el tiempo y dedicación invertidos determinan los costos justos y que si a un artesano se le encarga una prenda, esta no va a estar lista rápidamente. Tampoco que los diseños imitan el mundo que rodea al creador: plantas, animales, ríos y montañas. Cada elemento es valioso y tiene una historia que se vincula con la tierra y sus tiempos.
Vestimenta típica de Hueyapan, hecha, por supuesto, con lana local.
Aunque también se vale remixear y por esto apuestan nuevos creadores de la zona, inspirados por la tradición, reactivan con nuevas técnicas, presentaciones, diseños y conceptos lo tradicional. Hacen intercambios y apoyan la producción (y la economía) de las artesanas morelenses, recordándonos a todos lo valiosa que es.
¿Qué se está haciendo para apoyar esta causa?
Prenda de la diseñadora Iselda Briseño.
En Morelos la moda sustentable es reconocida como una fuente de ingresos para artesanos y artistas, que, afortunadamente, mantiene una relación estrecha con el cuidado al medio ambiente. Por eso hay proyectos como el Semillero de Moda Sustentable en donde profesionales locales e internacionales enseñan a los diseñadores emergentes a crear y mantener sus propias marcas. El trabajo de estos creadores se exhibe en eventos como la “Pasarela sustentable” del foro Alternativas Verdes.
También ha habido iniciativas para enseñar e investigar los procesos tradicionales y ecológicos y generar nuevos, por ejemplo, en la UTEZ se están desarrollando fibras de caña y arroz (dos importantes cultivos morelenses) que podrían reinventar los tejidos orgánicos.
¿Qué puedes hacer tú?
Como siempre, lo primero es informarse bien. La moda sustentable, en los últimos años, está de moda; pero ¿ya sabías que en Morelos es así importante? Y en realidad, los procesos sustentables aplicados al diseño son ancestrales. Es hora de reconocer a estas artesanas.
Por otro lado, se trata de ver cada prenda con profundidad. Cuando compres trata de dilucidar la técnica, el significado, la historia. ¿No sería magnífico que los objetos de tu cotidianidad sean siempre tan simbólicos?
Compra ropa producida localmente, en Morelos hay marcas increíbles como Ruiseñor o lánzate directo a Hueyapan, te vas a encontrar con unas joyitas. Como explica la diseñadora morelense Isela Briseño cuando compres algo, pregúntate “¿por qué estoy pagando?”, ¿estás financiando a una industria que destruye al medio ambiente o apoyando la economía de grandes artesanas?
Te recomendamos esta cápsula del IMRyT, si quieres aprender más sobre el tema.
