Los balnearios son ancestrales y su tradición, digna de conservarse. De allí la importancia de atrapar en fotografías su belleza y, sobre todo, su historia.
Existe la hipótesis de que en tiempos antiguos, los tlahuicas y aztecas visitaban el manantial creado por el deshielo del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl para zambullirse en sus aguas.
Lamentablemente, hoy en día no hay un registro de la diversión que esto provocó hace muchos años. Esto no impide que en la actualidad se continúe con el tradicional ritual de visitar los balnearios –herederos de la bella costumbre del disfrute de las aguas–, prueba de que con este líquido se pueden ahogar las penas.
Entre risas, diversión y poses ante la cámara —o la ignorancia de la misma— cada uno de los personajes de estas fotografías revela una diversión genuina al sumirse en el agua.
Existe la hipótesis de que en tiempos antiguos, los tlahuicas y aztecas visitaban el manantial creado por el deshielo del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl para zambullirse en sus aguas.
Lamentablemente, hoy en día no hay un registro de la diversión que esto provocó hace muchos años. Esto no impide que en la actualidad se continúe con el tradicional ritual de visitar los balnearios –herederos de la bella costumbre del disfrute de las aguas–, prueba de que con este líquido se pueden ahogar las penas.
Entre risas, diversión y poses ante la cámara —o la ignorancia de la misma— cada uno de los personajes de estas fotografías revela una diversión genuina al sumirse en el agua.
Esto hace posible remover el tiempo, y de alguna manera, honorar a nuestros antepasados para compartir en el agua la preciosa sensación de desplazarnos sin necesidad de usar los pies.
Tal vez sea esa oportunidad de libertad, por la que desde años, se busca la experiencia de estos espacios.
Lejos de las preocupaciones de la vida diaria, los manantiales representan un lugar donde puede encontrarse el regocijo y hasta un momento de paz.
Así, deberíamos hacer honor a nuestros ancestros y conmemorar sus costumbres al visitar algunos de los muchos balnearios que existen hoy en día y que nos permiten disfrutar de nuestros manantiales.
De esta manera, no sólo revivimos una tradición milenaria, sino que la enriquecemos con nuestra participación y la oportunidad de zambullirnos en la historia y el pasado.
Tal vez sea esa oportunidad de libertad, por la que desde años, se busca la experiencia de estos espacios.
Lejos de las preocupaciones de la vida diaria, los manantiales representan un lugar donde puede encontrarse el regocijo y hasta un momento de paz.
Así, deberíamos hacer honor a nuestros ancestros y conmemorar sus costumbres al visitar algunos de los muchos balnearios que existen hoy en día y que nos permiten disfrutar de nuestros manantiales.
De esta manera, no sólo revivimos una tradición milenaria, sino que la enriquecemos con nuestra participación y la oportunidad de zambullirnos en la historia y el pasado.