De entre todas las plantas que florecen en Morelos, la más querida sigue siendo el maíz. ¡Y cómo no!: es la herencia cultural más valiosa que tenemos. Mucho más que un ejemplar de nuestra rica flora, el maíz es símbolo que conjuga historia, gastronomía, cosmogonía ancestral y hasta ingenio humano. El producto que hoy conocemos y nos fascina fue cuidadosamente diseñado por quienes lo cultivaron hace miles de años. Por eso nos toca aprender sobre él, cuidarlo y seguir consumiéndolo.
Con eso en mente el Instituto Morelense de Radio y Televisión produjo esta cápsula documental. Forma parte de la serie “Patrimonio biocultural” en donde se celebra y cuenta la historia, usos y significado de diferentes especies vivas que han forjado nuestras identidades. El maíz es central en esta colección. Desde el nombre que le fue otorgado carga con esta cualidad: como se cuenta en la pieza audiovisual maíz es una palabra de origen caribeño que significa “lo que sustenta la vida”.
Esta afirmación es profundamente real. No sólo porque esta planta significa tanto; también porque sus ciclos de vida rigen los de los campesinos. El calendario, incluso el de las fiestas patronales, se despliega conforme el inicio y el fin del proceso de cultivo. Hay celebraciones (como el Día de la Candelaria) que son dictadas no por la religión, sino por el culto cotidiano y eterno al fruto dorado.
Como bien se dice en la cápsula del IMRyT, el maíz es una planta exigente y la convivencia con ella es muy cercana. Esto es precioso, pues devuelve al sujeto al campo, en un sentido casi espiritual: calcular la vida propia conforme al ciclo de otra es fundirse con la naturaleza.
Te invitamos a volver a enamorarte de la planta fantástica y, cuando la consumas, saborea también todo lo que representa.
