El arte contemporáneo tiene una curiosa dosis de mala fama, que siempre lo persigue. Probablemente sea porque interpretarlo y disfrutarlo parece ser un ejercicio complejo, del que no cualquiera puede participar. Pero vale la pena acercarse al arte y no sólo contemporáneo, precisamente porque nos reta.
En ese sentido celebramos mucho al Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano y especialmente a la forma increíble en la que recibe a sus visitantes (que prácticamente podríamos llamar usuarios), abriéndose a la crítica sobre sus haceres y también a construir un espacio vivo.
Si aún no lo conoces, tienes que visitarlo; pero antes te dejamos 10 cosas que tienes que saber sobre el MMACJS
El espacio está diseñado para sus usuarios, desde su arquitectura; su disposición, y la forma en que están presentadas las exposiciones. Si nunca habías ido a un museo de arte, o nunca te habías acercado a este increíble universo, el MMACJS es el mejor lugar para empezar, especialmente porque aquí te espera una experiencia super abierta. Cuando visites pide ayuda de los mediadores, ellos se encargan de hacer un puente entre tú y lo que está pasando en el museo.
El museo está diseñado para ser abierto, que funcione como espacio público, reuniendo al museo con la ciudad y a la práctica del interior con las dinámicas del exterior. El jardín que atraviesa la estructura funciona como un corredor lleno de naturaleza para quienes quieren reinventar su camino por Cuernavaca.
Este espacio tiene una cualidad muy especial: se piensa a sí mismo como abierto y cambiante. Incluso invita a su público a proponer formas de usarlo y de construirlo, realmente como un objeto vivo y colectivo.
Juan Soriano fue un artista mexicano cuya obra encarna el espíritu que persigue este museo. A lo largo de su carrera trabajó sobre temas muy diversos y también a través de distintas disciplinas. Múltiples formas de pintura, dibujo, escultura, etc. Así, la versatilidad de Juan Soriano invita a mantenerse flexible. Para hacerle honor a este mexicano fantástico, se mantendrán exposiciones que muestren distintas piezas de la inmensa colección (con más de 1200 obras).
Inmensas esculturas del artista se exponen permanentemente en un increíble jardín-corredor. Vas a quedar fascinado con todas.
No se puede dejar de mencionar el jardín, porque es una visión muy necesaria en nuestra querida urbe. Además, el museo en sí es un oasis en la ciudad. Es un espacio que realmente sirve para suspender la cotidianidad y por qué no, darse chance de cuestionarla.
El proyecto del arquitecto Javier Sánchez Corral continúa con la energía emanada de iniciativas como el Centro Cultural Teopanzolco y la Ecozona: espacios en la capital morelense que reinventen la forma de entender a la ciudad y su conexión efectiva con quienes la habitan. La edificación es innovadora y definitivamente abre la puerta a una forma de mirar Cuernavaca, pero las intenciones detrás de su existencia nos hablan de una nueva forma de vivir en Morelos.
Y entre semana cuesta 45 pesos, sumándose a otra gran serie de proyectos, espacios y eventos que apuestan por el consumo libre de cultura.
Los niños no solo son bienvenidos en este museo morelense, de hecho hay recorridos y materiales pensados para facilitarles una experiencia increíble, divertida y llena de saberes. Además van a amar el espacio (especialmente los jardínes y los talleres).