El carnaval es, definitivamente, un momento para dejarse llevar por las pasiones. De hecho, la fiesta sugiere que uno se libere de todo impulso lujurioso, de la gula y esa sed muy peculiar que provocan las bebidas alcohólicas.
Después del carnaval, viene la cuaresma, un periodo en donde –según la tradición cristiana– nos toca prepararnos mental y espiritualmente para la Pascua. Durante ese momento, uno se purifica, mantiene la mente tranquila y el cuerpo impecable, absteniéndose de distintos actos (como los sexuales) y alimentos (como la carne).
Con el tiempo, la cuaresma se ha vuelto menos estricta; pero los carnavales siguen significando un momento para liberar los impulsos, divertirse, derrochar, llevar la personalidad al límite y volver a conectar con el cuerpo y sus placeres.
Se piensa que esta tradición aún se guarda mucho de las antiguas fiestas paganas romanas, las Saturnales y las Bacanales. Las primeras se llevaban a cabo en invierno, cuando terminaba la cosecha y todos, hasta los esclavos de los romanos, podían descansar.
Las Saturnales se tomaban muy en serio el asunto del descontrol, entre banquetes públicos y siete días intercambiando regalos, apostando y corrompiendo todas las reglas sociales existentes. Los dirigentes apostaban todas sus posesiones (incluida a la esposa) con su criado y si este ganaba, se convertía “en rey por un día”.
Los carnavales mexicanos de hoy heredaron la efervescencia. Los de Morelos son perfectos para disfrutarla, y a nosotros nos encanta que te permitas esta deliciosa corrupción. Por otro lado, cada municipio de Morelos te recibe con muchísimo gusto (si eres morelense lo sabes) y la fiesta es para celebrarte a ti, ¿cómo tratar a quien con tantas ganas te invita a entrar en su casa?
Para contestar a la pregunta y ayudarte a tener la mejor experiencia posible y compartirla con los demás, te dejamos la guía definitiva del buen carnavalero. Disfruta mucho la temporada y no olvides que acá te estamos esperando, para echar el brinco del chinelo…
Entérate de la historia del carnaval
Para quienes participan en él, esta celebración es muy importante. Está cargada de historia, simbolismo y el significado que la respalda es profundo. Los chinelos, por ejemplo, portan este disfraz porque están parodiando a los antiguos conquistadores españoles, que no dejaban participar a los indígenas en los carnavales, pero los forzaban a cumplir con la cuaresma de una religión que no era la propia. Ahora que en Morelos se ha adoptado el catolicismo, seguir con esta tradición es una forma muy querida de rendirle tributo a los antepasados indígenas y, al mismo tiempo, regocijarse en la nueva religión mestiza que sostiene su fe.
Consume local
Este es el momento para honrar a tus anfitriones. Si vas a comer, beber o comprar recuerditos, procura que sean de producción local (especialmente las artesanías). En Morelos felizmente vivimos de nuestras tradiciones y queremos que las sigas disfrutando con nosotros. Y, aunque ya pasaron algunos meses desde el sismo de septiembre, nuestra economía se sigue levantando. Esta es la mejor forma de apoyar.
Respeta los monumentos, espacios y la propiedad ajena
Nos queda clarísimo que esta fiesta se trata de descontrolarse; pero no se trata de destruir. Este espacio lo compartimos todos y lo estamos compartiendo contigo. Trata los distintos municipios de Morelos, como si fueran tu propia casa (especialmente si ya estás en casa).
No tires basura en la calle
El carnaval nos deja preciosos recuerdos, pero también ríos de basura. Y esta no se levanta sola, la terminan limpiando los locales, para recuperar el orden en su propia calle. Hay que respetar a los anfitriones y hacerse responsable de los propios desechos.
Si consumes alcohol hazlo sólo en los lugares establecidos
Venga, el carnaval sí es para que te diviertas; pero si bebes procura no hacerlo por toda la calle, puedes ocasionar accidentes o incomodar a alguien. Hay lugares designados para la bebida. Recuerda que también compartes este evento con niños y a ellos también les toca disfrutarlo.
El carnaval es diversión, pero no debería ser violencia
La fiesta y el desborde de pasiones son terapéuticos, también los gritos y los brincos; pero para seguir pasándola bien, nada como respetar a los que te rodean. Procura no generar peleas o momentos incómodos o peligrosos para los demás.
No vayas muy cargado y no traigas cosas de valor
Así como tú, miles se lanzan al carnaval. Mejor no vayas cargando muchas cosas, porque las puedes perder.
Lleva tu coche a un estacionamiento autorizado
Porque si no bloqueas el paso de peatones…
Hablando de eso: trata de no bloquear la vía pública
Todos queremos movernos y disfrutar las diferentes actividades. Sabemos que hay muchísima gente, pero pon el ejemplo y trata de mantener libre la circulación; especialmente las entradas a las casas. Esto también significa procurar no comprarle a establecimientos que bloqueen la entrada de casa ajenas, porque esto, en realidad, no está permitido.
Trata de respetar los momentos para las diferentes actividades
Por ejemplo, el brinco para niños, donde sólo entran comparsas infantiles; no es para adultos, es un espacio especial para que los pequeños disfruten de la fiesta.