El taco acorazado es una delicia local. Si no lo has probado, te estás perdiendo de una de las mejores versiones del icónico platillo mexicano (y tacos hay muchos). Para los que no lo conocen: el diseño incluye doble tortilla, de preferencia de masa de nixtamal; una porción de arroz morelense rojo; un guisado, y una guarnición de chilitos.

Este taco es muy versátil, se cuenta que los originales son de huevo duro y luego aparecieron los de salchicha capeada, los de milanesa, chile relleno, tortitas de ejote, de pollo. En sus versiones contemporáneas, puedes encontrarlos rellenos de casi cualquier guisado.  

Quien es de Cuautla se jacta de haber heredado esta maravilla, pues se supone que en tiempos de la revolución la señora Felícitas Sánchez los comenzó a vender en la estación de ferrocarril. Se llaman acorazados, porque la segunda tortilla sirve para proteger el guisado, como la coraza de un barco de guerra.

Así, son el alimento ideal para los trabajadores que los llevan consigo a la fábrica, al campo o a la construcción. Prácticos, baratos y deliciosos, son una comida campestre, hecha con los ingredientes cultivados en la tierra morelense; tal vez por eso nos fascinan.

Pero te has preguntado ¿si fueras un taco acorazado, cuál serías? Probablemente no; pero si ya te dieron ganas de saber, aquí te dejamos un test para sacarte de toda duda…